Barcelona y Sevilla están dirimiendo una dura pugna por ser sede del primer triatlón marca Ironman en la península ibérica. Fuentes consultadas tanto en Andalucía como en el entorno de la filial europea de la WTC (World Triathlon Corporation) confirman los contactos y avisan que la toma de la decisión final es inminente. En un plazo de unos 15 días los gestores austriacos de WTC han de decantarse por la Ciudad Condal o por la capital andaluza (aunque no se descarta que alguna otra ciudad como Málaga pueda aparecer en este mismo escenario), previsiblemente antes del Ironman de Hawaii en Kona, campeonato del mundo de la especialidad y que es casi oficialmente el cierre de la temporada triatlética.
Helge Lorenz, uno de los fundadores de Triangle (organizadora de Niza, Austria, Sudáfrica…), actualmente en la cúpula directiva de WTC Europa (a través de Providence Equity Partners), tendrá la última palabra al respecto. Es un hombre de triatlón, uno de los pioneros de la distancia Ironman en Europa y vinculado al negocio de este deporte desde hace 15 años. Obviamente, no es el único en decidir sobre este tema.
A FAVOR
Organizar un evento Ironman oficial supone automáticamente acabar con las inscripciones en un corto plazo de tiempo. Normalmente una inscripción para una prueba Ironman completa (3.8 km de natación, 180 km de ciclismo y 42 km de carrera a pie) sobrepasa con creces los 400 € de media, y en dos ciudades tan bien comunicadas y con potencial turítico como Barcelona o Sevilla pueden ser un filón para los organizadores locales e internacionales. Asimismo, turísticamente supone acoger durante unos 4 días a 2.000-3.000 triatletas, que suelen viajar acompañados de una o dos personas de media (según los propios estudios de mercado de Ironman), con un gasto elevadísimo por día en cada ciudad.
EN CONTRA
En plena época de crisis parece una locura invertir en eventos deportivos (sea cual sea su formato). Al menos hasta 2011, Ironman exige en cada destino, dependiendo de cómo sea la ciudad que alberga la prueba, como mínimo 250.000 € entre 100.000 y 300.000 € en concepto de sponsoring (‘destination sponsor o title sponsor”). Obviamente, esta inversión se recupera cada año debido al gasto de los propios triatletas en la ciudad y a la proyección internacional que la ciudad tiene durante estos días, con una buena repercusión mediática nacional e internacional. Lo que los expertos en marketing denominan "retorno"...
Las fuentes de la WTC que nos han confirmado el interés y el inminente desenlace, no terminan de revelar qué tipo de prueba Ironman se celebrará en la península. Un Ironman completo, un Medio Ironman, o una de las pruebas de ‘media distancia’, que aunque están funcionando bien en cuanto a inscripciones, no genera una repercusión tan grande para la ciudad como los grandes clásicos de la marca norteamericana.
Sevilla lo tiene todo para albergar una prueba Ironman, y podría convertirse en una referencia internacional por ser uno de los circuitos más rápidos del mundo. Barcelona, a nivel internacional y europeo, tiene un potencial enorme, e Ironman anda buscando destinos en este tipo de grandes ciudades. Nadar en el Guadalquivir o nadar en el Mediterráneo…
Desde hace un par de años en Andalucía se había especulado con la posibilidad de que una ciudad como Málaga pudiera ser un escenario perfecto para este tipo de pruebas, por sus especiales características y por su gran aeropuerto y capacidad hotelera. Parece que Sevilla le ha ganado esta carrera, aunque en función del formato elegido, puede cobrar fuerza esta opción como alternativa.
Barcelona tiene ya un gran número de triatlones, incluso en Calella se desarrolla con gran éxito un triatlón de distancia Ironman de la multinacional Challenge, y pruebas como el Triatlón Garmin de Barcelona y otras muchas carreras parecen tener copado el mercado local. Sevilla, en cambio, tiene otro gran hándicap. ¿será capaz de pagar el canon Ironman para ser sede de una de sus pruebas internacionales con la crisis económica tan fuerte y que se siente con especial fuerza en el sur de Europa?
La solución, en teoría, en breve, aunque conociendo muy de cerca la forma de negociar contratos de la WTC en Europa, personalmente no apostaría por una solución antes de Navidad.
Fuente: Dani Quintero
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