Hemos acabado la temporada de triatlón o estamos a punto de hacerlo... Es ahora cuando debemos ponernos a pensar en la próxima: ¿qué vamos a hacer?, ¿dónde vamos a competir?, ¿probamos distancias nuevas o seguimos igual?, ¿en qué modalidades?, ¿cuántas competiciones haremos?...
En primer lugar es bueno analizar y valorar como ha ido la temporada recién finalizada para saber cuál puede ser el punto de partida para la próxima. Saber si hemos cumplido los objetivos marcados o si, por el contrario, tan solo hemos querido disfrutar y conocer nuevos deportes y disciplinas. Este análisis se convertirá en la base para decidir qué hacer en la temporada siguiente.
En segundo lugar definir las competiciones más importantes, las principales y también las secundarias. Es interesante marcarse objetivos reales en cada una de las competiciones y así poder marcar nuestro entrenamiento y así optimizar el rendimiento. Hay diferentes teorías de planificación empezando con el método clásico que divide la temporada en periodos en función de los objetivos marcados (preparatorio, general, específico…) y el modelo ATR que busca mantener el tono físico toda la temporada
Para triatletas experimentados y de nivel medio-alto, quizás es mejor planificar con el modelo ATR, pues nos permite obtener resultados más selectivos, inmediatos y acumulativos. Con este método se desarrolla de forma secuencial las capacidades en bloques de entrenamiento especializados (mesociclos y microciclos). Bloque A: acumulación, (resistencia aeróbica, fuerza general), T: transformación (resistencia anaeróbica láctica (capacidad y potencia) y R: realización (competición, resistencia anaeróbica láctica). En distancia Sprint y olímpica este modelo nos permite en poco espacio de tiempo (21 días) mejores adaptaciones para poder competir cada 7 o 15 días.
Para triatletas que prefieren marcarse varios objetivos importantes por temporada, es aconsejable el modelo donde hay tres fases claras, adquirir una forma, mantener esa forma y perderla. Hay una continuidad en la preparación que mantiene un régimen compacto en las cargas (los efectos de unas cargas, son la base de otras) y los descansos procuran restablecer los niveles iniciales. En éste la temporada se divide en varios periodos:
- El primero, la transición, periodo de descanso casi obligado (de unas 3 semanas), sin dejar de lado la práctica deportiva, pero de una forma mucho más lúdica, desconectar un poco de los plannings diarios, etc., y prepararnos para la nueva temporada.
- A continuación un periodo Introductorio (3 semanas), para empezar a recuperar la forma.
- Seguiremos con uno más amplio llamado periodo general en el que se trabajan las cualidades físicas básicas subdividido en 3 fases,
- general 1, con una duración de 4 semanas;
- el general 2 de 4 semanas también
- el general 3 con una duración que oscila entre las 8 y 10 semanas.
- General 1, en este periodo las cargas irán creciendo en volumen progresivamente.
- Seguidamente entraremos en un periodo intensivo con una duración de 4 semanas en el que se trabaja el VO2max. La mejora del VO2 max nos permite sostener una velocidad alta al ritmo de VO2max.
- Finalmente un periodo específico (8-10 semanas), donde se darán las cargas más grandes i exigentes, decrecerá el volumen y aumentará la intensidad. Trabajaremos el ritmo de competición.
- Y para acabar, el periodo competitivo (3-4 semanas) también conocido como “tappering” qué es, ni más ni menos, la puesta a punto para el día D.
En tercer lugar a la hora de planificar la nueva temporada no hay que olvidar competir durante todo el año, y a poder ser en diferentes modalidades (medias maratones, maratones, duatlones de montaña, de carretera, ciclo turistas y travesías). Lo lógico y recomendable es tener un plan antes de empezar, una ruta marcada, aunque teniendo siempre la capacidad de poder desviarnos del camino preestablecido.
En cuarto lugar y, a nivel práctico, intenta hacerte varias preguntas:
- ¿Tengo una condición física de base adecuada para las cargas que deberé soportar durante el entrenamiento? El nivel inicial nos marcara las cargas y los tempos de recuperación para así evitar lesiones.
- ¿Tengo experiencia en olímpicos, half, ironman? Saber y conocer lo que se nos presenta y el esfuerzo que me supondrá.
- ¿Dispongo del entrenador o necesito entrenador para que me guíe en el logro de mis objetivos? Un profesional que me gestione y organice las cargas de entrenamiento de forma individual.
- ¿Qué disponibilidad tengo para entrenar entre 15 y 20 horas, o más, a la semana?
- ¿Tengo algún grupo, amigos, compañeros que ayuden a pasar mejor las horas de entrenamiento?
- ¿Puedo conciliar mi vida familiar, social y profesional? Saber que mi familia me apoya en este esfuerzo/reto es importante.
- ¿Puedo afrontar todos los costes asociados al reto? Inscripción, viaje, estancia, material, etc.
Espero que estos consejos os ayuden a la hora de afrontar y preparar la nueva temporada. Son pequeños detalles que pueden ayudarnos a saber cómo y por dónde empezar a planificar el inicio de curso y que, a buen seguro, será apasionante y cargada de retos e ilusiones nuevas.
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